Everest Base Camp Trek: 7th / 8th December – An unforgettable journey in 2024! 5 space left

Viajando a Nepal Himalaya

Viajando a Nepal Himalaya!

Llegar a Nepal el día de la fiesta del Teej es un agasajo para los sentidos, el color rojo de los saris y ornamentos de las mujeres hindúes domina cada recodo del país y nos sumerge en el entusiasmo que evocan sus rostros alborozados.

Es la fiesta de las mujeres de este rincón del Himalaya, que las reúne la noche anterior para disfrutar de amigas y parientes femeninas en una copiosa cena que se prolonga hasta la amanecida, momento en el que inician un férreo ayuno y se consagran a orar por el bienestar de sus consortes, las desposadas, y con el deseo de encontrar un marido idóneo las casaderas.

Para ello se dirigen a los templos del dios Shiva, una de las tres grandes deidades hinduistas, junto con Brahma y Vishnu, y danzan de manera apasionada al son de las canciones populares entonadas en diferentes corros jaraneros.

Miles de mujeres visitan durante el Teej el templo de Pashupatinath para purificar sus almas en las aguas sagradas del río Bagmati. Es el templo más venerado por los hinduistas nepalíes, auténtico vaso comunicante entre los hombres y los dioses.

Un hervidero de fieles, venidos de todo Nepal y parte de la India, en busca de esa purificación, se zambulle en este afluente del Ganges sin ningún tipo de pudor al mostrar sus cuerpos despojados de atuendos. Afluencia de sadhus, hombres santos, que han renunciado a los placeres terrenales para alcanzar la iluminación.

Son personajes de aspecto famélico, debido a las frugales ingestas vegetarianas, con luengas barbas, que tiznan sus cuerpos con ceniza y portan atavíos de color azafrán.

Pashupatinath, que rezuma vida, también huele a muerte, las dos caras de una realidad representadas en un mismo escenario. A orillas del Bagmati se levantan los ghats en los que se erigen las piras funerarias para incinerar a los muertos, cuyos cuerpos se enjuagan en el agua del río antes de ser depositados encima de los leños. Una vez adornados con flores e incienso, el pariente más cercano prende la pira, que tardará tres horas en consumir el cuerpo.

Las cenizas se arrojan al río y los familiares se bañan en sus aguas. El olor a carne calcinada nos impregna y las virutas de la ceniza de un hombre o una mujer que nunca conocimos se posan en nuestra ropa recordándonos la fragilidad de la vida La familia del difunto no muestra signos de tristeza porque para los hinduistas la muerte no posee un carácter trágico, es considerada la liberación del sufrimiento de la vida que se abandona y el renacimiento a otra nueva El rito del sati por el que la viuda debía inmolarse en la pira del marido fallecido ha quedado prohibido en Nepal, aunque las viudas siguen estando estigmatizadas por la sociedad que las desprecia, considerándolas portadoras de mala suerte. Están desprovistas de cualquier tipo de derecho social, como herencias o pensiones.

El año pasado el gobierno quiso aprobar un programa que concediera 650 dólares al hombre que se casara con una viuda. Las viudas protestaron enérgicamente ante el temor de que los hombres se casarían por el interés económico, abandonándolas posteriormente.

Nepal es ciertamente un país de contrastes. Atesora uno de los paisajes más bellos de la tierra, siendo uno de sus países más pobres Cerrado al mundo occidental hasta hace pocas décadas, se ha visto influido por los países colindantes, China, India y la región del Tíbet, por lo que su población es una sorprendente mezcla de etnias provenientes de estos centros geográficos: thakalis, mongoles, sherpas, tamangs, gurungs, limbus, gurkhas, newaris, tibetanos, tharus, rai, son algunas de ellas.

Políticamente atraviesa una difícil etapa de transición desde que en 2006 se firmara el acuerdo de paz suscrito entre la entonces guerrilla maoísta y el gobierno nepalí, convirtiéndose posteriormente en una república después de abolirse la monarquía .En estos momentos Nepal está inmersa en un vacío de poder, tras nueve elecciones en tres meses sin llegar a conseguir una mayoría absoluta.

Sin duda la mayor riqueza de Nepal son sus montañas, más de mil superan los seis mil metros de altura, posee diez de los catorce ochomiles del planeta, como el Kanchenjunga, el Annapurna, el Dhaulagari y el Sagarmatha (la fuente del cielo), también conocido como Everest, con 8850 metros, que marca la frontera entre Nepal y el Tíbet.

 

Annapurna Luxury Lodge Trek

Viajando a Nepal Himalaya, No se puede renunciar a hacer trekking en alguno de los espectaculares circuitos que ofrece el país para disfrutar de las espléndidas vistas de la cordillera del Himalaya, de la variedad de paisajes y ecosistemas y recorrer pueblecitos habitados por diferentes grupos étnicos. Yo me decidí por una marcha de cinco días en el Annapurna. A golpe de claxon, como mandan los cánones de la circulación nepalí, llegamos a Nayapul donde iniciamos nuestro recorrido.

Me acompaña mi guía, y hoy amigo, Chhiring Sherpa, un budista sabio, que pertenece a la etnia de los sherpas, pobladores de las montañas de Nepal, al que tanto le agradezco su dedicación. Seguimos el curso ascendente del río Modi hasta Birethanti, a 1025 metros, y subimos hasta Tikedungha. Es imposible recoger en una fotografía tanta belleza. Estamos rodeados de maravillosos campos de arroz cultivados en bancales en este valle a la sombra de la Cordillera del Himalaya. El agua domina el paisaje, múltiples cascadas lo hermosean.

Las ancianas expurgan y avientan el arroz basmati procedente de sus campos mientras que los niños, fascinantes, perfectamente uniformados, se dirigen a la escuela, algunos tendrán que recorrer a pie repechos de hasta hora y media. Ascendemos abruptamente hasta Ghorepani (2850 metros) por estrechos senderos de piedras, los únicos que existen para transitar estas montañas, rectifico, colinas, Chhiring se siente muy ofendido “ para hablar de montañas las elevaciones de terreno deben tener al menos seis mil metros, el resto son colinas” Tengo que reírme, en nuestra Península Ibérica, le digo, el Mulhacén con 3483 metros es nuestra “colina” más alta.

Después de un reponedor dhal bat, el plato típico nepalí , consistente en arroz, lentejas y verduras, y una cuajada de búfala de postre, que comemos alrededor de la cocina de leña de una simpática familia thakali, continuamos el camino. Asombroso es ver a los lugareños, muchos de ellos de avanzada edad, que cargan a sus espaldas enormes cestos pesados, rodeados con una maroma que ciñen a su frente , desplazándose con meticulosidad, superando los obstáculos de las pendientes himalayas.

Este mismo medio de transporte, el cesto a la espalda, es el que utilizan para trasladar a enfermos graves a la clínica más cercana, que dependiendo del punto de partida puede suponer tres días de dura caminata.

Al amanecer, como todos los días, la lluvia me despierta. Por la noche la tierra se embebe del agua del monzón que está dando sus últimos coletazos, las nubes bajas nos impiden disfrutar de una de las mejores panorámicas del Himalaya de todo el país, el Poon Hill (3210 m.) desde donde se pueden contemplar los impresionantes Dhaulagaris y los Annapurnas que distan menos de 40 kilómetros. El entorno es soberbio, sorprende la diversidad de paisajes que se pueden encontrar en pocos kilómetros, valles, zonas tropicales, jungla, ochomiles, y grandiosos bosques de coníferas y de rododendros, el árbol nacional de Nepal, que alcanza dimensiones espectaculares.

Nos dirigimos a Ghandruk recorriendo uno de estos bosques infinitos, el camino está atestado de unos animales que veo por primera vez, a los que les gusta la sangre: sanguijuelas . No quiero que se excedan conmigo, soy donante, intento apartarlas de mis botas con un palo de bambú a cuyo extremo lleva atada una bolsita de sal humedecida, aunque las más hábiles consiguen su objetivo. De Ghandruk descendemos al punto de inicio de nuestro inolvidable recorrido.

Las piernas me flaquean. Me pregunto cómo podré retener las sensaciones percibidas estos días para que la memoria no tergiverse un ápice la realidad vivida.

* Viajando a Nepal Himalaya, adjunto el e-mail de Chhiring Sherpa, una agencia de Kathmandú Himalaya Discovery Adventures, para los interesados en viajar a Nepal: infonepal.sherpa57@gmail.com.

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Chhiring Sherpa

Chirring Sherpa

I started Himalaya Discovery because I was ready to see a new kind of travel brand, one built on the simple idea of feeling good and doing good. Since its start, Himalaya Discovery has been super-powered by you, our community; when you "travel" it, we create it. We're on a mission to make travel better with clean, award-winning adventures that are sustainable and conscious of the planet we share. Thank you so much for joining me on this journey!

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chhiring sherpa

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I was born and raised in Nepal, nearby the Everest region. I am proud to be a native Sherpa, and I have been a Mountain guide over a decade now.

Following my passion, I decided to start helping travelers with their travel plans! I think life is a journey, a trip where you collect experiences when you share with other people and with nature.

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